martes, 15 de abril de 2014

Cine colombiano reciente

por Gonzalo Restrepo Sánchez

¿Hacia dónde va el cine colombiano? ¿Puede ser renovador y a la vez 'mainstream'? ¿Puede y quiere competir con la industria pesada no de Hollywood, sino de otros países de América latina? ¿Qué dicen los creadores? ¿Y los cinéfilos? Tras el reciente festival internacional de cine de Cartagena de Indias donde se pudo observar el centelleante cine colombiano, pienso que podemos afirmar hoy día (ya lejos del cine de Gustavo Nieto Roa, Lisandro Duque, Ciro Durán, Camila Loboguerrero, Luis Alfredo Sánchez, Julio Luzardo, etc., etc.) dos semblantes importantes, y, tomo como referencia a dos películas colombianas estrenadas este año:


El primer aspecto se puede identificar a través de la cinta “Manos sucias” (2014) del cineasta Josef Wladyka, ambientada en la pobre Buenaventura del Pacífico colombiano. Si bien la película toca el tema del narcotráfico, la música ancestral de la región, su paisaje natural, el acertado casting de dos hermanos en la búsqueda del sueño perdido, y un montaje elíptico propio de las películas de acción; nos permite aseverar que estamos ante una buena película. Si bien plantea en su discurso una cuestión local —y real—, su condición de un “cine ágil” la distingue.

“Manos sucias” es de esas películas de la cuales no se puede escribir mucho, pues se cometería “spoiler”. De todas formas la idea central, parte de dos hermanos que deciden ir más allá de sus posibilidades de riesgo y ascenso en la vida, y aunque el narcotráfico evidentemente fue una opción exitosa para ello —no lo es para muchos otros colombianos—. 

En lo estrictamente cinematográfico, el ritmo de “Manos sucias” no decae en ningún momento, logrando un timing perfecto en todo el relato. Algo que no se observaba hace rato en este tipo de cine colombiano reciente. Se percibe además en esta cinta, el oficio del cineasta, aunque no tenga mucho que mostrar. Así que con actores que parecen venir de la vida misma (si bien tienen estudios de actuación), ofrecen la garantía de una historia verdadera, aunque en los créditos no se diga nada al respecto. 


El segundo aspecto lo podemos dilucidar a través de la película “Tierra en la lengua” (2014) de Rubén Mendoza, un cineasta colombiano que se dio a conocer por "La sociedad de semáforo" (2010). Pero antes de analizar y considerar su reciente filme, es pertinente señalar respecto a “La sociedad del semáforo” que es una interesante historia sobre seres marginales para hablarnos de esa jungla del asfalto que es la capital colombiana, aunque igualmente plantea todo un tratado sociológico sobre el tema de marginalidad. Ahora, con base en esto, podemos escribir que es una de las mejores películas colombianas al respecto.

Con "Tierra en la lengua" (gana el “India Catalina”  a la mejor película este año en el festival de cine de Cartagena de Indias) el cineasta nos introduce un personaje mayor, cascarrabias que orienta su destino y el de sus nietos a su capricho. En este contexto, la película plantea los antojos de quienes luchando contra su propia voluntad, seducen con mucho artilugio que en la vida siempre se hace lo que uno quiere. Esa propuesta de las decisiones personales porque yo soy así y bien “verraco”, muestra también rasgos de ese patriarcado que en muchas familias colombianas se da, precisamente por una sociedad machista.

Por lo demás, una historia lineal si se quiere, pero que en manos del personaje protagonista —caracterizado por Jairo Salcedo— aduce que mientras agonizo, yo mando. Y es que esta historia patriarcal, majestuosa —aunque sin solemnidad—, bien nos remite a muchos otros personajes del cine y la literatura, sobre todo cuando la muerte no está de vacaciones. Y si se quiere leer "Tierra en la lengua" en este sentido, pues resulta una reflexiva historia de no temerle a la muerte. 

Así que al confrontar y comparar estos dos semblantes a través de estas dos películas desde el punto de vista de cine de autor, se puede identificar y contrastar —si se quiere— el cine colombiano reciente. Por un lado el llamado “autor independiente” —que no da un peso en la taquilla—, pero sí para mostrar más en festivales de cine (“Mambo cool”, “Monte adentro”, “Marmato”, etc.) y que de pronto algunos cineastas se esfuerzan demasiado en ello, logrando su propósito. La esencia de este tipo de cine es identificarlo al instante, que tenga la capacidad de hacernos asociar a una especie de microcosmos, mediante signos, sin tener que ser justamente a un cineasta.  

Yo diría además que con cámara en mano, planos largos y silenciosos, ausencia de música en momentos específicos, poco montaje y cambios de plano. Todo esto en su conjunto, logra colocar al espectador en un mundo real, donde los acontecimientos no se desarrollan como fotografías que cambian desapaciblemente, sino donde los ojos de la cámara —que ve y es el dedo que señala— se mantienen bien abiertos y absorben los momentos como realmente son: largos y angustiantes, perennes y a veces tediosos.

Y está ese otro cine de autor, que si bien no pierde su condición del llamado “neorrealismo”, tiene la garantía que además de un cine con cámara y mano firme, llega más pronto a las salas de cine nacional e internacional. Ninguno de estos dos tipos de cine aquí enunciados fastidia en la medida en que los chiches a los que estamos acostumbrados, están fuera del alcance de los cineastas, más próximos a mostrar sus puntos de vista con personalidad y atributos propios, aunque auxiliados casi siempre financieramente (Ibermedia, Proimágenes, etc.).

 
Pero ese cine colombiano que no es independiente y mucho menos cine de autor, lo verificamos en la película “Secreto de confesión” (2013), de Henry Rivero —uno no sabe si esta película es venezolana o colombiana—, aunque si bien, se aproxima a ese cine “mainstream” (convencional) y que el cine latinoamericano cada vez se aleja más de él; aun en las coproducciones ha tenido la suerte esquiva.
  
De todas formas si bien la idea de la película “Secretos de confesión” resulta sugestiva —un sicario le dice a un sacerdote en una confesión que va a ser asesinado por él—, el filme se diluye en la intriga secundaria y unos diálogos que a veces quieren explicarlo todo. Además, de tanto salto espacio temporal en el relato —su aspecto menos favorecedor—, de pronto algunos criterios de peso dramático en el guión no sobresalen si bien el hilo conductor es una confesión sincera —aunque suene a tautológico— de parte de un sicario (Marlon Becerra).

Y es que la cinta es un thriller psicológico, que deviene en una dialéctica sobre el bien y el mal —a través de dos personajes— en medios corruptos, que de pronto ya no sorprende al espectador colombiano atosigado sobre este tipo de temas. Lo mejor a mi juicio es la fotografía  que logra dar tono a escenas propias del thriller, aunque el guión cae en sus dos tercios finales. Ya lo dice Robert McKee: "si quiere escribir un buen guión, lea la "Poética", de Aristóteles. 

Conclusión: que estén donde quieran los cineastas colombianos y su forma de “ver” el cine, falta además mucha cultura de marketing cinematográfico y sobre todo en esta época del cine digital. “Dado que el papel de la empresa es crear clientes, sus dos únicas funciones esenciales son el marketing y la innovación” (Peter Drucker).
 
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martes, 8 de abril de 2014

Conoce un poco más a...: Carlos Daniel Malavé


Después de casi 2 años… como pasa el tiempo de rápido… reanudamos esta sección y lo hacemos con el director y productor venezolano Carlos Daniel Malavé.

Nacido en Carcas en 1969. Después de estudiar Cine y Publicidad, rueda diversos cortos, anuncios y videos musicales. En 2007 realiza su primera película, Por un polvo, con una gran aceptación de público. A partir de ahí estrena Las caras del diablo (2010), Último cuerpo (2011) y La pura mentira (2012). En este 2014 estrenará Las caras del diablo 2.

Queremos agradecer a Carlos Daniel su amabilidad y disposición con nosotros y desearle suerte con su futuro estreno y proyectos.


1. ¿Que te motivó a ser director?

El cine mismo, desde pequeño me maravilló el mundo del cine, de hecho ya casi adolescente una tía me pregunto que quería como regalo de cumpleaños y yo le dije ir al cine a ver una película para mayores de 14 años, recuerdo que era El veredicto con Paul Newman y para mi fue pasar del cine infantil a un cine más adulto. Cada día me fui "enviciando" más con el cine y llegaba a ver hasta 3 películas por día. Hasta que me dije basta ya de soñar con hacer cine, vamos hacer cine y me matriculé en un escuela. De allí hasta mi primer largo pasaron 12 años. 

2. ¿De cual de tus trabajos estas más orgulloso?

A cada uno le doy una importancia, hasta los que he hecho por encargo, dicen que lo mejorcito que he filmado es Último cuerpo (2011) pero para mi Las caras del diablo (2010) es la que más me ha llenado de orgullo. Fue una película hecha con 20 mil dólares y 7 personas en el equipo técnico, todo el equipamiento de luces y cámara cabía en una camioneta pequeña. Pronto estrenaremos la parte 2 de esta película con mucho más presupuesto.

3. ¿Qué historia sueñas con dirigir?

Me gusta todo tipo de género pero hay una película que escribí hace muchos años cuando estudiaba cine que no la he podido materializar, es un thriller sobrenatural que espero que pronto se haga realidad.

4. ¿Con quién ardes en deseos de trabajar?

Gracias a Dios en Venezuela he podido trabajar con los mejores actores y actrices, con leyendas de nuestro cine y televisión. De Latinoamérica me gustaría compartir una película con Ricardo Darín, de España con Antonio de la Torre y todavía estoy en búsqueda de un director de fotografía como Emmanuel Lubeski o un argentino llamado Lucio Bonelli, con él estuve a punto pero una devaluación me lo impidió.

5. ¿Si no fuera director de cine habría sido…?

Chef.

6. ¿Cuál es tu película favorita de todos los tiempos?

Tengo 3, El padrino, Goodfellas y Cinema Paradiso. 

7. Un director clásico y uno actual

Alfred Hitchcock y Quentin Tarantino.

8. Un actor clásico y uno actual

Un venezolano Miguel Ángel Landa y Antonio de la Torre.

9. Una actriz clásica y una actual

Meryl Streep y la venezolana Elba Escobar.

10. Una película clásica latinoamericana

El pez que fuma (Román Chalbaud, Venezuela 1977).

11. Una película actual latinoamericana

EL secreto de sus ojos (Juan José Campanella, Argentina 2009).

12. Una serie de Tv

Ley y orden en todas sus versiones.

13. Un libro y un escritor 
Todo lo que ha escrito Charles Bukowski.

14. Un estilo musical y un grupo o cantante

Rock / Los Beatles
  
15. Un deporte, un deportista y un equipo

Fútbol,  Juan Arango, La Vinotinto (Selección Venezuela de Fútbol)

16. Una comida

La pasta en todas sus versiones

17. Una ciudad y un país

Buenos Aires y Venezuela 

18. Si pudieras viajar en el tiempo ¿a que época y a que lugar viajarías?

A los 60 por toda Latinoamérica 

19. Una virtud y un defecto de ti mismo

Virtud: siempre creo que todo es posible
Defecto: la impaciencia

20. Un sueño por cumplir

Muchísimos! pero el más importante es seguir haciendo películas y seguir viviendo del cine.

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martes, 1 de abril de 2014

El cine latino del D'A 2014



Hace pocas horas se ha dado a conocer la programación definitiva de la próxima edición del D’A 2014. Festival Internacional de Cinema D’Autor de Barcelona., que tendrá lugar en la ciudad condal desde el 25 de abril al 4 de mayo.

El cine latinoamericano estará representado por 4 películas y una coproducción. Las cintas se repartirán en tres secciones, Direccions (direcciones), Talents (talentos) y À toute Vitesse. Quizás la presencia más destacada es la del documental argentino Los posibles, dirigido a cuatro manos por  Juan Onofri Barbato y Santiago Mitre, este último director de El estudiante, que ya estuvo presente en el festival.

De la programación no latina hay que destacar la inauguración, que un año más nos llega de Francia, Un château en Italia de Valeria Bruni Tedeschi, la clausura, en este caso española, 10.000 Km de Carlos Marques-Marcet y la retrospectiva al director canadiense Denis Côté.

Pero ahora vamos a desglosar las películas latinas que podremos ver:


DIRECCIONS

O HOMEM DAS MULTIDÕES (2013) de Cao Guimarães y Marcelo Gomes (Brasil)


Juvenal, un conductor de trenes algo pusilánime, lleva una vida disciplinada y austera y pierde su tiempo libre disolviéndose entre la multitud de una ciudad abarrotada y arisca, cuando ve alterada su rutina por una invitación inesperada de su atractiva supervisora. Ambos, arrastrados por el hastío, inician una ambigua relación donde los pequeños detalles se revelan como grandes conquistas y cruzan su destino en vías, que como los trenes que conduce Juvenal, no parecen llevar a ninguna parte. Rodada en un curioso formato de 3×3 y vagamente basada en una historia de Edgar Allan Poe, fue presentada en la pasada Berlinale y es la primera película conjunta de sus directores.



TALENTS

LOS DUEÑOS (2013) de Agustín Toscano y Ezequiel Radusky (Argentina)


Una familia trabaja cuidando los terrenos de sus patrones, pero cuando éstos no están en casa, la ocupan para divertirse y probar las exquisiteces de la vida acomodada. Hasta que los dueños vuelven a casa para celebrar una boda. La unión hace la fuerza y dos son mejor que uno: Toscano y Radusky presentan una singular ópera prima de marcadas tonalidades de humor negro y situaciones que rozan el absurdo. En la película se enfrentan dos clases sociales inicialmente antagónicas, los cultos y los ignorantes, pero a medida que el filme avanza, se intuye que los extremos acabarán por tocarse. El filme se hizo con una mención especial a su paso por Cannes.


LOS POSIBLES (2013) de Santiago Mitre y Juan Onofri Barbato (Argentina)


Tras El Estudiante, Santiago Mitre colabora con el coreógrafo Juan Onofri Brabato en un proyecto muy alejado de su ficción anterior. En Los Posibles confluyen cine y danza a partir de una pieza homónima que el bailarín dirigía en un teatro de Buenos Aires y que el cineasta decidió inmortalizar en la pantalla. Sin mediar palabra, el filme construye un relato a través de los movimientos y los vínculos de los cuerpos de un grupo de chicos del extrarradio que se encuentran en un espacio abandonado. La cámara se acerca a los bailarines para captar la energía desbordada, el ritmo hipnótico y las dinámicas relacionales que se establecen entre ellos.


MEDEAS (2013) de Andrea Pallaoro (EEUU, Italia, México)


Andrea Pallaoro debuta en el largometraje con esta adaptación libre de la mítica tragedia griega de Virgilio que en esta ocasión se ambienta en una población ganadera del sur de California. Medeas explora la ruptura del núcleo familiar y el inevitable declive de su conjunto a través de un cine contemplativo forjado en silencios que aguardan un terrible desenlace. Su bellísima fotografía le ampara al legado de cineastas como Terrence Malick o Abbas Kiarostami, aunque Pallaoro haya conseguido ya hacerse con un sólido lenguaje que está dando la vuelta al mundo. Medeas ha sido galardonada en un buen puñado de festivales, entre ellos el de Venecia. Encabeza el reparto la actriz colombiana Catalina Sandino Moreno.


À TOUTE VITESSE


SOMOS MARI PEPA (2013) de Samuel Kishi Leopo (México)


Mari Pepa es un grupo de punk-rock formado por adolescentes que durante un caluroso verano ensayan para poder apuntarse a una guerra de bandas. Alex, líder del grupo y epicentro narrativo del filme, no sabe que ese verano va a cambiar su vida para siempre. Insertando pequeñas pinceladas de humor en el guión, la cámara de Kishi Leopo explora las tribulaciones y los placeres que afloran en la adolescencia, despertando ternura y una irremediable sensación de nostalgia en el espectador. Como en los filmes de Isaki Lacuesta o Naomi Kawase, la ficción y el documental se funden para crear algo nuevo y bello que se aferra a la memoria.

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