jueves, 14 de octubre de 2010

Crónica del Festival de Cine Fantástico de Sitges - Día 8

Va quedando menos para el final del festival y hoy hemos tenido ocasión de ver, seguramente, la película más polémica del mismo, A Serbian Film, propuesta serbia que coincide con la anteriormente reseñada en nuestros blogs, The Life and Death of a Porno Gang. Además de ésta hoy hemos visto The Housemaid y Les nuits rouges du bourreau de jade (o Red Nights en su título internacional).



Es recomendable no ver A Serbian Film recién comido, sobre todo si no se tiene un estómago fuerte puesto que puede acabar siendo repulsiva y hacer vomitar. Dicho esto, ¿es para tanto la película). Si y no. Si porqué tiene escenas hirientes y provocadoras siguiendo la máxima del "no importa si hablan mal o bien de uno, lo importante es que hablen" o de la mente más enfermiza que se pueda uno encontrar, rebasando límites de normalidad, por decirlo así. Ya sé que habrá gente que diga que es sólo una película, de acuerdo, faltaría más que no lo fuera. Si la nueva ola de cineastas serbios siguen el camino de estas dos producciones que paren el tren que yo me bajo.

A Serbian Film recoge la historia de Milos, un actor porno retirado desde que se casó y tuvo un hijo, que vuelva al ruedo ante una oferta demasiado tentadora para rechazarla. Y más teniendo en cuenta que su situación económica no es muy buena. Pero al aceptar el encargo Milos se introducirá en una espiral en la qué le pasará de todo, pero todo malo por supuesto.

De todas maneras, para ser justo con la película, los primeros minutos son de bastante calidad y prometen una interesante película, cosa que no se cumple después, y en el apartado técnico se nota un cierto pulso a la hora de colocar la cámara y el uso del sonido adecuado para las escenas. Lamentablemente todo queda en agua de borrajas dada la incapacidad manifiesta de hacer una película interesante durante todo el metraje sin recurrir a la violencia más cruda y descarnada.


Foto: Cine Latino/Cine Asiático

Al acabar la proyección de A Serbian Film decidí dar una vuelta y comer en vez de meterme a ver otra película, mejor tomar aire fresco. Luego, pasado un buen rato de nuevo a la cola para ver The Housemaid, presentada por el propio director,Im Sang-soo, quién aseguro, entre otras cosas, que gustaria porqué había varias escenas de sexo. Pues, bueno, hay un pary para de contar. Ignoro como era la versión de 1960 y por dónde se movía, pero ésta de 2010 es un drama puro y duro, nada de thriller como se afirma en varios sitios. O eso o A Serbian Film me ha afectado los sentidos.

Para ver una reseña más completa de The Housemaid, clickad aquí.


Foto: Cine Latino/Cine Asiático

Y la última película del día era Les nuits rouges du bourreau de jade, una película franco-hongkonesa, dirigida al alimón por Julien Carbon y Laurent Courtiaud, en su debut tras las cámaras. Carbon y Courtiaud, afincados desde 1995 en Hong Kong, y guionistas entre otras de Running Out of Time de Johnnie To, rinden un homenaje a la ciudad y a su cine. Los directores, junto a otros miembros del equipo también estuvieron presentes en la sala.

Carrie Chan (Carrie Ng, recatada de su ostracismo voluntario) quiere conseguir una caja con un veneno perteneciente al primer Emperador de China para experimentar el mayor placer imaginable, quién posee la caja es Catherine (Frédérique Bel), ayudante y amante de un político francés huido, y al que ella asesina para poder vender la caja y quedarse el dinero, y Carole Brana es una intermediaria entre ambas. Pero como las cosas siempre tienden a complicarse, las tres mujeres se verán envueltas en una trama criminal con un destino incierto para todas ellas. Animando el cotarro por allí aparece también el señor Kao (Jack Kao), un criminal taiwanés al qué Savanin (el político francés) y Catherine robaron la caja y al qué ella acude desesperadamente en busca de ayuda.

Si bien Red Nights (dejaré el título internacional para acortar) es un thriller irregular en su mayor parte, alternando momentos de buen cine con otros excesivos y superfluos, no se hace pesado ni aburrido proponiendo una mirada al cine de Hong Kong desde una óptica bipolar (europea/asiática). Las escenas de Catherine remiten a clásicos como El silencio de un hombre (Le samouraï) y los momentos digamos más macabros del personaje de Carrie Ng remiten a las películas de la Categoria III hongkonesa. Añadiría qué en una escena concreta he notado la marca del cine de Johnnie To por un instante. Se notan, claro está, las influencias de ambos creadores a la hora de plasmar en imágenes su idea, algo normal por otro lado. Al final queda un regusto amargo entre lo que has visto y lo que podría haber sido, pero en absoluto es una mala propuesta. La mejor del día en Sitges, aunque no era difícil, no.

Volvemos mañana con el penúltimo día, ya queda menos.

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