miércoles, 22 de octubre de 2008

Juana tenía el pelo de Oro

Cine Latino a tenido el honor de asistir a la 3ª Muestra de Cine Colombiano que del 10 al 24 de este mes se esta viendo en Barcelona. 11 largometrajes, 2 películas para televisión y varios documentales y cortometrajes es la parte artística que han llenado las pantallas. Nosotros hemos podido asistir a casi todas las películas, así que próximamente haremos una crónica de la Muestra, pero mientras queremos adelantar la crítica de la que para mi gusto personal, a sido la más interesante de todas, Juana tenía el pelo de Oro.

En 1998, Luis Fernando “Pacho” Bottía empezó el rodaje de Juana tenía el pelo de Oro, pero no sería hasta el año 2005 y con la ayuda de una productora mexicana, cuando Pacho pudo terminar la película.

Todo fue por culpa de la crisis económica que se vivió en Colombia a finales de los 90 principios del 2000, ya que no había dinero para poder acabar la post producción de la película. Gracias a la coproducción mexicana, Pacho pudo acabar el montaje y también rodar unas nuevas escenas con arte digital.

La historia nos cuenta como un periodista de un periódico de Bogotá (Fernando Solórzano), asiste al pequeño pueblo de Ciénaga, ya que un mago le ha comentado que allí encontraría a Juana (Xiomara Galeano), una niña con los cabellos de Oro. Al llegar al pueblo se encuentra con los recelos del alcalde y del obispado, que no están muy tranquilos con las intenciones del periodista, aunque realmente ellos no creen demasiado en la existencia de Juana. Aunque un chivatazo hará que finalmente la encuentre.

Cuando las fotos de Juana salen en el periódico, la vida de Ciénaga se alborota por completo, porque todos ven en la niña la solución a todos lo problemas económicos que se encuentra la comunidad. Así que aunque no con pocas reticencias, se llega al acuerdo de que Juana se quede a vivir con el obispo en la iglesia y allí aprenda a ser una mujer decente y religiosa.

Todo este principio de la historia es quizás lo menos interesante del metraje, aunque la aparición de Juana en el pueblo y su posterior exhibición y juicio para ver que se hace con ella, es bastante interesante sobre todo gracias a la hipnótica belleza de Xiomara Galeano.

A partir de aquí la vida de Juana pasara entre el desespero de una vida encerrada en la iglesia con la sola compañía del Obispo (Ernesto Benjumea), que con la excusa de que el especial pelo de Juana es obra de dios, se apodera de el para hacerse sus túnicas, de un cura joven y de un aprendiz de artista que se convierte en el máximo apoyo y confidente de la niña, aunque también con los sueños de otra vida en libertad, la lectura de unos comics que pesaran mucho en su manera de actuar y la aparición de un acróbata de un circo ambulante.

Juana vive todos los días en una monotonía desesperante, pero un acontecimiento inesperado, con la partida del joven cura a una misión como castigo por su inusitada relación con Juana, lleva a la chica a empezar a actuar de forma más provocativa (usaríamos la palabra Lolita como mejor descripción posible) e incluso de amenazar al obispo de que si quiere que siga viviendo allí no va a limpiar más ni hacer ningún tipo de trabajos en la iglesia y que tampoco van a cortar más de su larga melena de Oro, aunque si acepta a dejarse recortar las puntas.

Realmente todo el erotismo que desprende Xiomara, a pesar de contar con solo 15 años, es increible, consiguiendo a pesar de su juventud, hacer creíble su personaje de chica inocente aunque con gran picardía y sensualidad.

Inesperadamente, la vida de Juana da otro giro, y por presión del alcalde (Carlos Cruz) y todo el pueblo, el obispo acepta la oferta de matrimonio del alcalde por Juana, y sin más dilación, Juana acaba casada y viviendo con el máximo referente político del pueblo. Pero a pesar de las insistencias del alcalde por consumar el matrimonio, Juana consigue acordar que a cambio de no perder su virginidad, su marido podrá cortarle todo el pelo que quiera, ya que su hacen el amor sus cabellos dejaran de ser de Oro.

Todo esto crea unas tensiones y un desenlace muy atractivo, que Bottía sabe dirigir con gran pulso narrativo, acompañado de unos insertos de arte digital en los que podemos ver a una Juana unos años más mayor (estas escenas se rodaron en México 6 años después de finalizar el rodaje), jugando con su pelo y viviendo situaciones abstractas basadas en su vida y en su futuro.

Realmente esta película puede catalogarse como aire fresco dentro del cine colombiano, mucho más dedicado a la crítica social y al tema de las guerrillas y el narcotráfico, que a innovar en sus historias o arriesgarse con nuevos lenguajes visuales. Pacho lo hace y para mi eso es de admirar, ya que quizás su estilo no será muy defendido en su país pero en el resto del mundo esta contando con muchas buenas críticas.

En definitiva, nos encontramos ante una muy grata sorpresa. Esta fábula dirigida por Luis Fernando Bottía es una brisa fresca en el panorama del cine cafetero y una buena muestra de que también se pueden hacer otros géneros y salir airosos del intento. En el apartado actoral podemos hablar de buenas actuaciones en general, pero sería injusto no destacar a Xiomara Galeano, una talentosa y bella actriz con un gran futuro por delante (si es que sigue en el mundo del cine).

2 comentarios:

luna dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
luna dijo...

Hola!
Muy bueno tu artículo. Sabes dónde podría obtener el DVD de esta película?

Gracias!